1. Antecedentes
El área asociada al eje Prado – Recoletos ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de la historia, así como la estructura de este mismo eje, viéndose influido por el desarrollo de la tecnología y la incorporación de los vehículos a motor. El análisis de estos aspectos se realizará a través de la cartografía histórica, centrándose en la modificación de la sección del eje Prado – Recoletos y su relación con la estructura urbana adyacente.
En el plano de F. de Witt, el más antiguo que se conserva de la ciudad de Madrid, realizado en perspectiva caballera en el siglo XVII, se puede comprobar cómo la relación de la las construcciones de la trama urbana consolidada con el Paseo del Prado era nula. Entre las construcciones y el Paseo existían grandes espacios, que hoy en día conforman nuevas manzanas, destinados a los jardines de Palacios y cultivo de huertas.
Las construcciones daban la espalda al Paseo y no existía una relación directa de los viales con el eje, sino que desembocaban en una vía secundaria paralela. Por lo tanto el Paseo del Prado era un espacio destinado al tránsito de transporte rodado, carros y carretas y el tránsito peatonal principal se realizaba a través del viario que conformaban las construcciones, a través del barrio. A mediados del siglo XVII, en el año 1656, se realiza el plano más importante de Madrid, de gran precisión y calidad, que representa una imagen prácticamente fija de la ciudad a lo largo del siglo, el plano de Pedro Texeira.
En este documento histórico es más evidente aún la desconexión de las construcciones con el Paseo del Prado, adquiriendo aún más presencia los cultivos y perdiendo importancia los edificios, que se limitan a conformar las manzanas con zonas de cultivo interior.
No se aprecian grandes diferencias estructurantes entre los dos planos, pero con la información que aportan ambos, realizados en momentos diferentes, se puede deducir una sección tipo de ese ámbito en el siglo XVII. Sin embargo, más de un siglo después, en el Plano Geométrico de la Villa de Madrid y sus contornos, realizado por Nicolás Chalmandrier en 1761, se puede observar cómo las construcciones han invadido los espacios de huertas adyacentes al Paseo del Prado, transformando estas parcelas en manzanas compactas y, de este modo, modificándose la relación del barrio con el mismo.
Al modificarse la relación, de una forma indirecta y prudente a una forma directa, también cambia la sección y, por tanto, la percepción de la ciudad desde este eje. Anteriormente la superficie de huertas funcionaba como filtro ante lo construido y, como se ha visto, la relación de la trama urbana con el eje no era directa, algo que se modifica en el siglo XVIII relacionando directamente los viales que conforman las manzanas construidas con el Paseo del Prado. En la maqueta de la ciudad de 1830, avanzando hasta el siglo XIX en este caso, se puede comprobar de nuevo una diferencia sustancial con el siglo anterior. Lo que en un principio parecía una actuación para aumentar la relación del barrio con el Paseo del Prado, de una forma pública, a través de la estructura viaria con conexiones directas, y de una forma privada a través de la relación directa de las viviendas con el mismo paseo; se ha convertido en una desconexión, pero mucho más acusada, ya que son las construcciones, y no el espacio abierto y natural, las que conforman este límite. De hecho se bloquean con construcciones dos de las calles que se relacionaban directamente con el Paseo del Prado, generando dos grandes manzanas hacia el Paseo, limitadas por la Plaza de la Platería Martínez, Calle del Gobernador y Calle Atocha.
Sin embargo se aprecia un cambio significativo que condicionará las actuaciones posteriores, la introducción de vegetación a lo largo del paseo. Son de especial interés las actuaciones que se realizaron a finales del siglo XIX en relación con el Paseo del Prado y Paseo de Recoletos. Se diferencian dos tipos de intervenciones:
- La apertura de algunas de las calles de la trama urbana hacia el Paseo del Prado. Es el caso de algunas vías como la Calle Zorrilla y la de Greda, que se prolongaron atravesando los terrenos que pertenecieron al palacio de Villahermosa. Entre 1862 y 1865 se prolongaron las calles del Sauco y Salesas a través de la huerta de Brancacho, modificando la escala y extensión de la manzana.
- Ampliación del paseo de Recoletos. El ensanche del paseo de Recoletos fue uno de los proyectos más propuestos durante el segundo cuarto del siglo XIX. La primera propuesta es la que realizó Mesonero Romanos en 1846 y repitió en 1847. Otra propuesta fue la de Mendizábal en 1847. En 1855 fue propuesto definitivamente el ensanche de este paseo, pues se venía sintiendo la aglomeración de gente durante “los días de grandes funciones” en el paseo del Prado y sus adyacentes.
Al mismo tiempo que se abrieron las calles del Sauco y Salesas se modificaría el Paseo de Recoletos. La anchura de la nueva calle sería de 15 metros, teniendo en cuenta la formación de dos chaflanes de 5 metros.
Finalmente se puede comprobar cómo hoy en día se ha priorizado la circulación del tráfico rodado frente a la circulación peatonal. Se han vuelto a abrir las calles de conexión entre el barrio y el Paseo del Prado, evidentemente por la necesidad de conexión vehicular.
Los espacios dedicados al tránsito peatonal se han visto reducidos al mínimo en la parte en relación con el barrio y trasladados a un espacio “insular” entre “ríos de tráfico rodado” por los que las circulaciones se hacen difíciles al verse condicionadas en todo momento por tener que cruzar las inmensas calzadas. El espacio continúa, por tanto, encajonado y a la vez contaminado por el incesante tráfico rodado.
Sin embargo se han realizado actuaciones como la del Caixa Forum, que parecen haber querido recuperar esa relación inicial que el Paseo del Prado tenía con el barrio, un barrio que se retraía para ceder al paseo una superficie verde, de cultivo. Y esto es lo que se ha planteado precisamente con la construcción del Caixa Forum. Se han eliminado las construcciones que conformaban la fachada vinculada al Paseo del Prado, para poner en evidencia la fachada de la manzana anterior, otorgando al Paseo un espacio público bañado por el verde del jardín vertical de la medianera.
2. El Eje Prado-Recoletos
El eje Prado-Recoletos es un eje muy importante en Madrid. Desde el Norte es la puerta de acceso desde el Madrid contemporáneo, y por el sur, desde el Madrid clásico.Se trata de un espacio singular, deteriorado por el paso del tiempo, los efectos del intenso tráfico y las sucesivas intervenciones sin criterios homogéneos. Las relaciones con el barrio adyacente, El Barrio de las Letras, vienen delimitadas por la longitud de las manzanas, por las vías de conexión así como por las actuaciones para mejorar el flujo del tráfico rodado en esta parte de la ciudad. Existen muy pocos casos en los que el barrio y el eje se interrelacionen a través de espacios a escala del peatón, espacios amplios que funcionen como filtro entre la trama urbana y el gran paseo. Serían una excepción: la plaza de la Platería de Martínez, que no llega a funcionar del todo como un espacio amable para el peatón por la incidencia de los 4 carriles de tráfico que la limitan en su encuentro con el paseo; y la plaza del Caixa Fórum, a la que le ocurre lo mismo que a la anterior pero incorpora nuevos elementos de interrelación que le otorgan un carácter diferenciado y positivo: el marco y la penumbra. Por todo ello se deben clasificar las interrelaciones en dos tipos muy diferentes: – Conexiones visuales – Conexiones reales
Las conexiones visuales son aquellas que se perciben con la vista, como su propio nombre indica. Como se puede apreciar en las imágenes 2.1, 2.2, 2.3 y 2.4, se trata de relaciones muy atractivas para el peatón, ya que, percibe un fondo vegetal enmarcado en una trama urbana consolidada, hacia el que es atraído.
Sin embargo, y aquí es donde entran en juego las conexiones reales, una vez el peatón ha llegado al encuentro entre el barrio y el Paseo se encuentra una sección muy limitante, en la que su única opción es la de cruzar 4 carriles de tráfico o deambular por una acera muy estrecha y repleta de turistas, en una única dirección. Por tanto, aunque las conexiones visuales puedan ser atractivas, encontramos que las conexiones reales, aquellas que el peatón precisa para transitar en este ámbito, son pésimas.
Lo que fomenta estas relaciones son las alineaciones de fachada, que generan una perspectiva cuyo punto focal se encuentra en la vegetación del Paseo. Sin embargo, también se puede apreciar cómo determinadas actuaciones, como la apertura de la plaza del Medialab, frente a una fachada tan tensa como es la del Caixa Fórum, hacen que esta percepción visual se altere en dicho ámbito.
En su parte noroeste, el edificio Caixa Fórum se retranquea de la alineación de fachada generando un espacio que no llega a ser calle ni plaza, sino un espacio auxiliar, donde las fachadas de los edificios residenciales adquieren mayor presencia, y la del Caixa Fórum sigue estando presente desde cualquier punto visual.
“En cada instante hay más de lo que la vista puede ver, más de lo que el oído puede oír, un escenario o un panorama que aguarda ser explorado. Nada se experimenta en sí mismo, sino siempre en relación con sus contornos, con las secuencias de acontecimientos que llevan a ello, con el recuerdo de experiencias anteriores. “
Kevin Lynch.: “La imagen de la ciudad” ed. Gustavo Gili. Barcelona, 1988, edición “GG Reprints” de 2008.
En los últimos años se han realizado numerosas propuestas para este eje. En este caso analizamos dos de las cuales proponen un tratamiento conjunto y homogéneo de todo el eje Recoletos-Prado, así como algunos puntos de interrelación con El Barrio de las Letras.
Se trata de dos propuestas presentadas a un concurso convocado por el ayuntamiento en el año 2001. Una de ellas es la propuesta ganadora, de la cual ya se ha ejecutado la parte correspondiente al Paseo de Recoletos, y la otra es una de las propuestas finalistas, que es de gran interés en este estudio porque responde a muchas de las necesidades de conexión entre el barrio y el Paseo, que sin embargo la propuesta ganadora no plantea.
Por otro lado, en la otra propuesta presentada, cuya información se ha podido obtener a través del apartado de publicaciones de la web del “Club de debates urbanos”, sí que se presenta una solución para esta no-relación. Se propone un claro ensanchamiento de las aceras y, por tanto, mejora del área peatonal, pero además se reduce el número de carriles de tráfico rodado de 4 a 3+1 auxiliar desvinculado de los otros tres a través de vegetación, cuando la sección lo permite.
3. La imagen del Barrio
“La ciudad no es sólo un objeto que perciben (y quizás gozan) millones de personas de clases y caracteres sumamente diferentes, sino que es también el producto de muchos constructores que constantemente modifican su estructura porque tienen motivos para ello. Si bien las líneas generales pueden mantenerse estables durante cierto tiempo, los detalles cambian constantemente. Solamente se puede efectuar un control parcial sobre su crecimiento y su forma. No hay un resultado definitivo, sino una sucesión ininterrumpida de fases. Nada de asombroso tiene, pues, que el arte de modelar las ciudades para el goce sensorial de un arte absolutamente independiente de la arquitectura, la música o la literatura. Puede aprender mucho de esas otras artes, pero no imitarlas.”
Kevin Lynch.: “La imagen de la ciudad” ed. Gustavo Gili. Barcelona, 1988, edición “GG Reprints” de 2008.
En el trazado general de los viales de la ciudad se distinguen tres grandes agrupaciones de calles: el sistema de ejes primarios, el de ejes secundarios y el de las vías complementarias. Los ejes primarios y secundarios reúnen la misma característica: articulan y vertebran los distintos espacios urbanos producidos en los sucesivos periodos de crecimiento del plano. Las vías complementarias articulan estos ejes entre sí y organizan directamente el trazado del resto del callejero.
El análisis general de los principales ejes de la ciudad es importante en el ámbito de la zona de estudio ya que tres de los cuatro ejes principales desembocan en el Paseo del Prado y Paseo de Recoletos, dos de ellos delimitando el Barrio de las Letras. Estos ejes son: la Calle Mayor, que a partir de la Puerta del Sol se convierte en la Calle Alcalá; la Calle San Jerónimo y la Calle Atocha. Estos dos últimos ejes son los que delimitan el Barrio de las Letras.
Su formación, entre los siglos IX y XVI, articuló las sucesivas expansiones urbanas que se produjeron entre la fundación islámica de la ciudad y finales del siglo XVI. Algo que también va a influir en el análisis serán los sistemas de plazas o ensanchamientos de los viales, ya que el ámbito de estudio se encuentra articulado por la “Plaza de la Platería Martínez” y su relación con el Paseo del Prado, así como por los nuevos espacios asociados a equipamientos culturales.
En Madrid realmente los espacios públicos que pueden recibir el distintivo de plazas se limitan a las plazas de Palacio, Mayor, de la Cebada, de la Puerta del Sol, de la Paja, de Santa Bárbara y de Armas. El resto de ellas son, como se ha dicho, ensanchamientos de los viales producidos por acomodación del trazado al terreno natural, por estar al amparo de las puertas de las murallas del siglo XII, el arrabal y la cerca de Felipe II; o espacios de difícil configuración topográfica y que poseen un uso público marginal.
“Una imagen eficaz requiere, en primer término, la identificación de un objeto, lo que implica su distinción con respecto de otras cosas su reconocimiento como entidad separable.”
Kevin Lynch.: “La imagen de la ciudad” ed. Gustavo Gili. Barcelona, 1988, edición “GG Reprints” de 2008.
4. Análisis de sus elementos
El análisis específico de los elementos del barrio y la percepción a través del marco y la penumbra se acotará a la parte del barrio limitada por las calles Atocha, Huertas y Moratín. En primer lugar se definirán los elementos que componen esta área: sendas, bordes, nodos e hitos, siguiendo la clasificación de Kevin Lynch en su libro “La imagen de la ciudad”.
Sendas
Son los elementos urbanos predominantes, generando interrelaciones entre sí, pero se ha comprobado que los habitantes tienden a confiar más en pequeños hitos, que son fáciles de identificar, que a regiones o sendas. En esta parte del barrio se puede comprobar cómo apenas existen tres sendas que relacionen la estructura del barrio por completo con el Paseo del Prado.
Por el contrario, encontramos una estructura repleta de sendas sin continuidad transversal en contraposición sendas que atraviesan el barrio longitudinalmente, algunas de ellas articuladas a través de nodos históricos y contemporáneos. La concentración de un uso o una actividad especial en una calle, puede darle a ésta prominencia en las mentes de los observadores. Las personas parecen ser sensibles a las variaciones en la cantidad de actividad que encuentran y a veces se orientan en buena medida siguiendo la principal corriente de tráfico, actitud errónea en este caso, como se verá posteriormente.
Bordes
Son aquellos elementos lineales que no son considerados sendas; son por lo común, pero no siempre necesariamente, los límites entre zonas de dos clases diferentes. Obran como referencias laterales. Los bordes que parecen más fuertes son aquellos que no sólo son visualmente prominentes sino que también tienen una forma continua y son impenetrables al movimiento transversal.
En este caso se pueden considerar como bordes tanto la calle Atocha como el mismo Paseo del Prado, por la incidencia del tráfico en éstos en comparación con el tráfico de las sendas del barrio. Además al Paseo del Prado se le suma un borde vegetal artificial, el Jardín Botánico. Esta condición de borde se la da, además del tráfico su regularidad, y la componente vegetal, que recuerda al borde natural que discurre bajo tierra, el llamado Arroyo Bajo Abroñigal.
Nodos
Los nodos son los focos estratégicos a los que puede entrar el observador, tratándose típicamente de confluencias de sendas o de concentraciones de determinadas características. Si se considera la ciudad en un nivel bastante amplio estos puntos pueden ser grandes manzanas o formas lineales algo prolongadas e incluso barrios centrales enteros, y cuando se concibe el medio ambiente en un nivel nacional e internacional, puede ser la ciudad misma uno de estos nodos, por lo tanto, son dependientes de la escala de análisis.
En este caso, al estar analizando una escala de barrio, los nodos son aquellos ensanchamientos de las sendas, espacios abiertos que articulan los edificios en relación dichas sendas o la confluencia de varias sendas en un mismo punto, generando un espacio abierto amplio. Se podría hablar de nodos en la Plaza de la Patería Martínez y el espacio urbano asociado al centro cultural Caixa Fórum.
Aunque también se podrían considerar dentro de esta clasificación los espacios abiertos relacionados con el Medialab y el inmediatamente adyacente a la parte norte del CaixaFórum, son dos espacios difíciles por su composición y ubicación, en los que se ha podido comprobar que la gente no se siente cómoda, perdiendo su condición de espacios atrayentes.
El espacio público-privado que articula el Medialab podría ser un espacio, e incluso nodo, con mucho potencial, que lo pierde completamente al mantenerse cerrado. No ocurre lo mismo con el espacio asociado al CaixaFórum, que al estar permanentemente abierto, articula los espacios de la ciudad, estableciendo una relación muy interesante entre todos los elementos Senda-Borde-Nodo-Hito-Ciudad. La confluencia o lugar de una pausa en el transporte tiene importancia decisiva para el observador de la ciudad. Como en las confluencias deben adoptarse decisiones la gente aguza su atención en esos lugares y percibe los elementos vecinos con una claridad mayor de la corriente. Es decir, los elementos situados en confluencias adquieren especial prominencia debido a su ubicación.
Hitos
Son los puntos de referencia que se consideran exteriores al observador, constituyen elementos físicos simples que en escala pueden variar considerablemente. Existe la tendencia a utilizar cada vez más como guías los sistemas de mojones, o sea, a gozar de la singularidad la especialización, en vez de recurrir a las continuidades.
Como el uso de los hitos implica la opción de un elemento entre una multitud de posibilidades, la característica física clave de esta clase es la singularidad, un aspecto que es único o memorable en el contexto. Si los hitos tienen una forma nítida se hace más fácil identificarlos y es más probable que se los escoja como elementos significativos; así como si contrastan con su fondo y si hay una prominencia en la situación espacial.
El principal factor parece ser el contraste entre figura y fondo. En este ámbito el que mejor puede presentar esta condición de hito es el edificio Caixa Fórum, a través del cual es fácil orientarse en el mismo barrio. Además, se trata de un elemento de conexión muy importante, ya que la mayoría de las personas que se adentran en el barrio desde el Paseo del Prado lo hacen bajo este elemento y las interrelaciones que establece.
No está tan clara la condición de hito que establece el Medialab, a pesar de estar relacionado con el ensanchamiento de dos sendas, tener un espacio público-privado en su interior y poseer una fachada llamativa, al igual que el Caixa Fórum. Probablemente su ubicación y la orientación de esta “plaza” hacen que pase desapercibido, no intervenga en las grandes visuales y, por tanto, no funcione como hito.
“Se examinará la calidad visual de la ciudad (…) y para ello se estudiará la imagen mental que (…) tienen sus habitantes. Se prestará atención particularmente a una cualidad visual específica, a saber, la claridad manifestada o “legibilidad” del paisaje urbano. Con esta expresión indicamos la facilidad con que pueden reconocerse y organizarse sus partes en una pauta coherente.”
Kevin Lynch.: “La imagen de la ciudad” ed. Gustavo Gili. Barcelona, 1988, edición “GG Reprints” de 2008.
En esta zona existen dos ámbitos yuxtapuestos: las circulaciones peatonales que se establecen, o se podrían establecer, a través del barrio y las establecidas actualmente a lo largo del Paseo del Prado. La expresión recuperada del apartado anterior hace evidente la situación que se da actualmente. Hoy en día se puede comprobar cómo a pesar de que el Paseo del Prado tiene una sección de acera muy reducida en la parte en la que limita con el barrio, la gente decide transitar principalmente por esta zona.
Normalmente suele estar abarrotada de turistas, ya que a lo largo del Paseo se encuentran distintos hoteles, y es el punto donde los autobuses de dichos turistas paran para trasladarlos, generando puntualmente aún más bloqueo. Sin embargo las personas deciden utilizar esta senda como comunicación principal, haciéndose evidente que “las personas se orientan siguiendo la principal corriente de tráfico”.
Este hecho se yuxtapone a los recorridos tranquilos y sin aglomeraciones que se pueden realizar a través de las sendas del mismo barrio, como un recorrido peatonal alternativo, sin la contaminación y el ruido que genera el incesante tráfico del Paseo del Prado, así como la aglomeración de turistas, que hacen imposible un recorrido peatonal sin interrupciones.
Dicho recorrido peatonal a través del barrio, se ve a su vez enriquecido por las virtudes de la escala de barrio, así como la intervención del Caixa Fórum y el Medialab, que aportan componentes visuales de percepción de la ciudad a través del marco y la penumbra. Sobre todo el edificio Caixa Fórum, ya que Medialab se presenta reticente a abrir completamente sus espacios a la ciudad, por su condición de medianería y posible espacio ruinoso si se mantuviera abierto por las noches, aunque se trata de un espacio muy interesante.
El Marco
Un marco es un elemento que enmarca algo que es digno de admirar, para realzarlo: una pintura, una fotografía, el exterior a través de una ventana desde el interior de un edificio, etc. Cuando la gente transita a lo largo del Paseo del Prado, ya tiene fijado un objetivo, sabe cuál es su destino, por ello elige esta senda tan tortuosa, lineal y ruidosa. Sin embargo, al llegar al ámbito del Caixa Fórum esta linealidad puede llegar a perderse por lo llamativo de la situación: medianera vegetal, gran hito cultural y, sobre todo, un área oscura enmarcada por una fachada que parece que vuela de fábrica de ladrillo.
Desde este punto el propio edificio está realzando su espacio inferior, invitando al espectador a aproximarse para saber qué ocurre dentro; por tanto, aquella persona que tenía un objetivo claro (y lineal) y se encuentra por primera vez con este espacio, como mínimo se detendrá a realizar una foto, y probablemente a aproximarse a apreciar lo enmarcado y saber si podría formar parte de ello.
Entonces descubriría una nueva forma de transitar la ciudad, descubriendo un recorrido de sensaciones y percepciones, sin tumultos ni contaminación, a través de una escala peatonal y de barrio, que probablemente llevara a esa persona a su mismo objetivo. Pero si una vez dentro del marco se vuelve la vista hacia atrás lo que se puede ver es la ciudad en sí enmarca, en este caso el Paseo del Prado y los intersticios del Barrio de las Letras. Si ocurre lo mismo que antes el espectador querrá volver a formar parte de lo enmarcado, es decir, de la ciudad nuevamente.
Curiosamente es desde este punto desde el que se establecen las interrelaciones con los espacios urbanos adyacentes que anteriormente se había dicho que no funcionaban como nodos, y es que dependen de esta relación que se establece a través del Caixa Fórum para ser detectados.
“La necesidad de reconocer y estructurar nuestro contorno es de importancia tan decisiva y tiene raíces que calan tan hondo en el pasado, que esta imagen tiene una vasta importancia práctica y emotiva para el individuo.”
Kevin Lynch.: “La imagen de la ciudad” ed. Gustavo Gili. Barcelona, 1988, edición “GG Reprints” de 2008.
La penumbra
“Un cofre, una bandeja de mesa baja, un anaquel de laca decorado con oro molido, pueden parecer llamativos, chillones, incluso vulgares, pero hagamos el siguiente experimento: dejemos el espacio que los rodea en una completa oscuridad, luego sustituyamos la luz eléctrica por una única lámpara de aceite o una vela y veremos inmediatamente que esos llamativos objetos cobran profundidad, sobriedad y densidad… e incitan al hombre a la ensoñación”.
Junichiro Tanizaki.: “El elogio de la sombra”. Vol. 1. Madrid: Siruela, 1994. 33ª edición, 2014.
Si se continúa analizando el caso anterior se puede comprobar cómo el marco y la penumbra van de la mano en este ámbito en particular. De hecho desde la ciudad la zona enmarcada es una zona en penumbra; donde, como dice Tanizaki en su ensayo “El elogio de la sombra” sólo brilla aquello que es importante y que sólo se puede apreciar si su entorno queda en penumbra. Brilla, por tanto, la ciudad del otro lado, el Barrio de las letras, así como los accesos al museo, quedando todos estos elementos puestos en valor.
Si nos adentramos en dicha penumbra se ve más claro esta cualidad, el brillo de lo importante. El espectador se verá rodeado por la luminosidad del barrio que a la vez presenta otros espacios en penumbra, por su propia morfología, y que no pueden ser apreciados a plena luz del día.
Pero esta percepción tan singular se pierde por la noche, cuando el miedo del hombre occidental a la penumbra y oscuridad aparece iluminando vilmente todos los espacios y lo que antes era penumbra y marco del cuadro de la ciudad ahora queda quemado por la luz artificial, perdiéndose el contexto del entorno y el espacio transversal.
“Como una piedra fosforescente, colocada en la oscuridad, emite una irradiación y expuesta a plena luz pierde toda su fascinación de joya preciosa, de igual manera la belleza pierde su existencia si se le suprimen los efectos de la sombra.”
Junichiro Tanizaki.: “El elogio de la sombra”. Vol. 1. Madrid: Siruela, 1994. 33ª edición, 2014.
5. Conclusiones
La falta de una visión histórica, a través de una investigación exhaustiva, así como de análisis urbanos y sociales, antes de plantear un proyecto de intervención urbana en una ciudad ha conllevado a infinitas soluciones erróneas, como se ha podido comprobar a lo largo del estudio. En el plano de la Fortaleza del Retiro se podía apreciar cómo la solución propuesta para el Paseo del Prado, donde el 80% de la sección de la vía estaba destinada al tránsito peatonal y la vegetación se concentraba en una gran zona pública en el frente del barrio, probablemente habría funcionado mejor que la que ha derivado hasta nuestros días, donde el peatón se ve obligado a discurrir por una acera de menos de dos metros y el espacio arbolado se encuentra aislado entre 8 carriles de tráfico.
Parece lógico que una sección más amplia, peatonal, esté asociada al núcleo urbano, al barrio, y no se vea seccionada por el tráfico, que puede discurrir de forma adyacente sin entrar en conflicto con un tránsito peatonal amplio y agradable. Sin embargo, se ha visto, que recientemente se han realizado operaciones urbanísticas en las que, a falta de recuperar una sección que en su día pudo tener el paseo, con el espacio peatonal directamente relacionado con la trama urbana, se añade un nuevo carril de tráfico, volviendo a aislar la actuación peatonal entre tráfico rodado. La Pandemia que estamos sufriendo ha dejado claro lo necesario que es pensar en un nuevo modelo de ciudad centrado en los peatones y no en los vehículos, desvinculando este concepto de debates y luchas políticas. Quizá a una escala de ciudad sería difícil poder establecer todos estos criterios pero…¿y si se hiciera en cada barrio, fomentando la participación de sus residentes?
6. Fuentes documentales
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GUÀRDIA, M.: “Atlas histórico de ciudades europeas”, Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, 1949. COAM.: “Guía de Madrid. Arquitectura y urbanismo”, Tomo I. Casco Antiguo. 1983.
LYNCH, K.: “La imagen de la ciudad” ed. Gustavo Gili. Barcelona, 1988, edición “GG Reprints” de 2008.
MONTOLIÚ, P.: “Enciclopedia de Madrid”. Barcelona. Planeta, 2002.
ORDIERES, I.: “La memoria selectiva 1835-1936: Cien años de conservación monumental en la comunidad de Madrid”. Madrid: Dirección General de Patrimonio Cultural, 1999.
PINTO CRESPO, V., SANTOS MADRAZO, Universidad Autónoma de Madrid Centro de Documentación y Estudios para la Historia de Madrid: “Madrid, atlas histórico de la ciudad 1850-1939”. Madrid. Fundación Caja de Madrid. Lunwerg (ed), 2001.
REVILLA, F.: “La arquitectura industrial de Madrid”, La Librería, 2008.
RUIZ PALOMEQUE, E.; MANUEL DE TERÁN: ”Ordenación y transformaciones urbanas del casco antiguo madrileño durante los siglos XIX y XX”. 1976. Vol. 19. Madrid: Instituto de Estudios Madrileños.
SÁNCHEZ DE PALACIOS, M.: 1979. Lavapiés. Vol. 26. “Madrid”. Espasa-Calpe.
TANIZAKI, J.: “El elogio de la sombra”. Vol. 1. Madrid: Siruela, 1994. 33ª edición, 2014.