Han pasado casi dos meses desde la última publicación. Dos meses largos en los que, desde paisajeencontrado, hemos tenido que hacer frente a otros dos proyectos de intervención y gestión del patrimonio histórico y el paisaje. En camidelsfrares.com podéis encontrar más información sobre uno de estos proyectos y, muy pronto, añadiremos información del otro proyecto en el apartado «intervención en el paisaje» de esta mima página.
Independientemente de estos dos proyectos, aunque han continuado sucediéndose trabajos muy interesantes en el desarrollo de la obra de los dos pontones, las primeras lluvias del otoño han hecho que el proceso se ralentice con respecto al primer mes de obra.
Durante este período se ha completado la limpieza del pontón de La Cañada y comenzado con la reconstrucción de aquellas partes perdidas de ambos pontones. En cuanto a los criterios de reconstrucción se ha optado por recuperar aquellas partes indispensables para reconocer la forma y función de los pontones, dejando pequeños testigos de su estado previo a la intervención. Sin embargo otras partes, como los muretes que contenían las rampas de tierra, simplemente se han consolidado ya que originalmente estaban parcialmente ocultos.

Durante los trabajos previos de levantamiento y reconocimiento del terreno parecía que el tablero del pontón de La Cañada se conservaba mejor que el de Casa Quemada, a pesar de que no ocurría lo mismo con los pretiles. Tras realizar la limpieza y eliminar todo el material que se había depositado y erosionado, así como la vegetación que había crecido gracias a este material, pudimos observar que el estado del tablero era lamentable y que la intervención realizada en 1995 no había ayudado nada. Si observamos el pretil izquierdo en la imagen, se puede apreciar una parte de capa de acabado muy superior a la que presenta hoy en día el pontón, sin embargo el trasdós de las dovelas de la bóveda que aparecen en el tablero presenta grandes pérdidas de sección por la erosión de los carros, apreciándose las rodaduras de los mismos; aquellas que se apreciaban perfectamente en todo el tablero del pontón de Casa Quemada y que en este caso se reduce al lomo del pontón, ya que el resto del tablero no es más que relleno de canto rodado, por lo que en los trabajos de reconstrucción y tratamiento del tablero de este pontón se empleará también el canto rodado en lugar de la piedra caliza que ha empleado para reconstruir algunas partes del tablero del pontón de Casa Quemada.

En la imagen superior se puede apreciar el inicio de la reconstrucción de la sección perdida del riñón oeste del pontón de Casa Quemada. En este caso no existe tanta diferencia entre la capa de acabado inicial, que se conserva vinculada a los pretiles, y la actual. Además del trasdós de las dovelas de la bóveda se aprecia un tablero mejor conservado y constituido por rocas de caliza sobre las que se disponía el acabado final de cal y canto rodado de pequeño diámetro. Por tanto se han podido reconstruir aquellas partes perdidas con el mismo sistema empleado en su origen. En cambio, en ninguno de los dos casos, se ha querido llegar a la cota de la capa de rodadura histórica, por dos razones: en primer lugar porque esa capa debió de durar muy poco tiempo, ya que se aprecian grandes marcas de desgaste de los carros en las propias dovelas de la bóveda; y en segundo lugar porque, como criterio de proyecto, es imprescindible mantener la huella de dichos carros, por lo que en el resto del tablero únicamente se ha ejecutado una capa de mortero de cal hidráulica, necesario para la evacuación del agua.


Tal y como se puede ver, el mortero va adaptándose al espacio entre dovelas y piedra caliza, dando valor a las rodaduras y a las dovelas con sus respectivas marcas de cantero, dejándolas vistas y enmarcadas entre el nuevo mortero. También se puede apreciar cómo en aquellos puntos dónde se conserva parte del mortero histórico y no hay peligro de acumulación de agua se ha prescindido del nuevo mortero de cal, manteniendo esto como testigo del paso del tiempo. En algunas partes del tablero el mortero se reduce a un simple rejuntado, sin embargo en otras ha sido necesario aportar nuevo material calizo para evitar que se crearan cuencas de acumulación de agua, con el consiguiente perjuicio que ocasionaría al pontón, ya que esto era el origen de la patología de filtraciones y eflorescencias en el intradós de la bóveda.

En el pontón de Casa Quemada se conservan prácticamente en su totalidad las secciones de coronación de los pretiles, perdidas casi por completo en el pontón de La Cañada. Sin embargo ha sido necesario aplicar un tratamiento con mortero de cal hidráulica y relleno con caliza en algunos puntos, respetando la sección en forma de V invertida, para evitar la acumulación y filtración de agua en los muros.
A pesar de que la cal hidráulica utilizada ha sido mezclada con áridos del lugar, una vez completamente seca queda de un color demasiado blanco, llamando la atención y desvirtuando la visión actual del pontón. Por ello una vez ha fraguado se realiza una veladura de silicatos a chorro y con pincel, cuyo color resultante resulta ser heterogéneo, asimilándose al del mortero histórico e integrando absolutamente el nuevo mortero con la cantería y los morteros históricos. Este tratamiento evitará que los tableros de ambos pontones se vean tan blancos como se ven en las imágenes superiores.
Al mismo tiempo que se ha ido limpiando el tablero del pontón de La Cañada y reconstruyendo el del pontón de Casa Quemada se han ido ejecutando las cimentaciones de los bancos que se implantarán en los alzados oeste de cada pontón, así como el acabado de terrizo de las nuevas rampas de acceso a los pontones. Serán estos temas de los que trate la siguiente entrada que, para compensar el largo tiempo que ha pasado desde la última entrada de septiembre, será esta misma semana.